El análisis del columnista Sergio Sarmiento, en el diario Reforma, plantea que un nuevo estudio del Colegio de México (Colmex) permite afirmar que «el impuesto a los gorditos fue un fracaso».
«Si su propósito era disminuir el sobrepeso y la obesidad, el objetivo no se logró. Sólo podríamos considerarlo un éxito si su objetivo era quitar más dinero a los mexicanos, especialmente a los más pobres, para entregarlo a los políticos», sentenció Sarmiento.
La disminución del consumo debido al impuesto no sólo es diminuta, sino que empezó antes de que entrara en vigor el impuesto a principios de 2014, además que es regresivo, pues las familias que menos disminuyeron su consumo de refresco y que más vieron afectada su capacidad de compra de otros productos, fueron las de menores ingresos.
El estudio contradice las afirmaciones de los políticos y grupos de presión que afirmaron que se estaban logrado grandes reducciones en el consumo, el sobrepeso y la obesidad. El estudio del Colmex desmiente estas afirmaciones con información del INEGI.
La gran ganadora del impuesto es la clase política que consiguió (¡sorpresa!) más dinero. Los ingresos por el impuesto especial sobre productos y servicios (IEPS).
El «experimento mexicano» ha generado mucha atención internacional. El multimillonario Michael Bloomberg, ex Alcalde de Nueva York, ha financiado a las organizaciones que promueven el impuesto a los gorditos en nuestro País. Quizá por eso, para mantener el flujo de dinero, declararon que el impuesto había sido un éxito.
Los datos, sin embargo, no avalan esta conclusión. El impuesto no sólo no redujo el consumo de refrescos, tampoco disminuyó el sobrepeso o la obesidad. Su único éxito ha sido dar más dinero a los políticos.
Fuente: Reforma